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SOMOS LO QUE COMEMOS
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase somos lo que comemos?
¿Somos conscientes que lo que comemos es lo que nos da la salud y la vitalidad para vivir cada día?
Tal vez creamos que si pero es posible que desconozcamos muchos factores de riesgo que creemos tener controlados y es posible que no sea así.
Este artículo pretende llevar a una reflexión sobre qué tanta importancia estamos dándole a nuestra alimentación.
SALUD Y FAMILIA, DOS GRANDES TESOROS
Si te hicieran esta pregunta: ¿cuál crees que es el tesoro más preciado de tu vida? ¿Qué responderías?
La mayoría de personas responde: mi salud y mi familia.
Y es verdad, lo que nos mueve en el día a día y nos da un sentido a la existencia es nuestra familia.
Pero sin salud no podríamos disfrutar de nuestra existencia ni de la compañía de nuestra familia.
Sin embargo ¿cuáles son todas esas medidas que tomamos para proteger nuestra salud y a nuestra familia?
Empecemos por mirar nuestra salud. Hoy nos preocupamos por ejemplo por comer mejor, hacer ejercicio y mantener hábitos saludables.
Sin embargo, las enfermedades del corazón, el exceso de peso y el cáncer siguen cobrando la vida de millones de personas cada año en el mundo.
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES (ECV) Y OBESIDAD
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las ECV son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos.
Las principales casusas de las ECV y la obesidad se relacionan con dietas mal sanas, sedentarismo, tabaquismo y consumo de bebidas alcohólicas.
Estos malos hábitos de vida generan exceso de colesterol y triglicéridos altos en la sangre.
La causa más frecuente de los accidentes cardiovasculares es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro.
Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) registraron en 2012: 17,5 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares (OMS, 2015)
y 2,8 millones de muertes cada año por obesidad y sobrepeso (OMS, 2017).
CÁNCER, LA SEGUNDA CAUSA DE MUERTE EN EL MUNDO
Pero el mundo no solo enfrenta un alto riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y obesidad por tener malos hábitos.
La contaminación del aire, del agua, de los alimentos, el estrés, las frustraciones, el exceso de trabajo, etc, también son responsables de muchas muertes en el mundo.
Hoy convivimos con el cáncer, cada día es más común escuchar de alguien con esta enfermedad.
Podría decirse que no existe actualmente una familia que esté exenta de conocer un caso cercano de cáncer.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, en 2015 ocasionó 8,8 millones de muertes (OMS, 2018).
Muchas personas hoy en día tratan de tener vidas más saludables y tranquilas y han cambiado sus hábitos teniendo dietas más sanas y haciendo ejercicio.
Incluyen también dentro de sus nuevos estilos de vida el consumir alimentos orgánicos y cada vez más naturales.
Sin embargo, el cáncer colorrectal y gástrico son el tercer y cuarto cáncer que más muertes causan.
Entre las causas de estos tipos de cáncer se mencionan la mala nutrición y la contaminación al preparar los alimentos.
El cáncer colorrectal se lleva 774.000 vidas al año y el gástrico 754.000 para un total aproximado de 1.528.000 muertes por estas causas (OMS, 2018).
COMPRAMOS LOS MEJORES ALIMENTOS, PERO DESTRUIMOS SU PODER
¿Sabías que la mala nutrición no es causada solo por la baja ingesta de frutas y verduras o comer alimentos que llamamos chatarra?
También se da porque no estamos consumiendo las vitaminas, nutrientes y minerales de nuestros alimentos.
Todas las personas invertimos altas cantidades de dinero en alimentos pensando en que estos nos van a dar la energía necesaria y que contribuirán a nuestro bienestar.
Compramos lo mejor en el supermercado, las mejores frutas, verduras, carnes, lo que se vea más fresco.
Muchas veces no escatimamos en cuánto dinero gastamos pensando en llevar lo mejor para nuestras casas.
Sin embargo, cuando preparamos los alimentos nosotros mismos nos encargamos de destruir sus nutrientes, su poder.
Por ejemplo, pelamos alimentos como la papa, la ahuyama o la zanahoria, botando en la cáscara una gran cantidad de vitaminas y minerales.
¿Cómo prepara la mayoría de las personas las verduras? las pone en agua y a altas temperaturas.
En ese proceso también se eliminan las vitaminas de los alimentos, prácticamente se evaporan.
Finalmente ¿qué hacen con el agua que sobra después de cocinar? La botan, ese resto que es de un color verde o casi café es en donde quedan los demás nutrientes.
¿Qué nos estamos comiendo en definitiva? El bagazo.
¿En dónde quedó la alta inversión que hicimos en alimentos? ¿A dónde fueron a parar los nutrientes que nos iban a dar la energía y bienestar que queríamos?
TU LAVAPLATOS, EL MÁS CONSENTIDO DE LA CASA
Retomemos la última pregunta: ¿En dónde quedó la alta inversión que hicimos en alimentos? ¿A dónde fueron a parar los nutrientes que nos iban a dar la energía y bienestar que queríamos?
La respuesta: al lavaplatos. Allí es donde botamos el poquito de nutrientes que quedan en nuestros alimentos después de pelar y casi hervirlos.
El lavaplatos es entonces el que recibe las vitaminas, los minerales y finalmente goza de la inversión inicial que hicimos en alimentos.
Pero no solamente es el mejor alimentado, sino que también es el más cuidado.
¿Cómo es eso? Pongamos un ejemplo, un sancocho. Lo cocinamos con todo lo que nos gusta (dependiendo de la región).
Le adicionamos papa, yuca, plátano, carne y muchas veces costilla porque da más sabor, pollo y cerdo si es trifásico.
Nos comemos un plato o hasta dos, varios pueden repetir.
Cuando pasa un rato y vamos a ver el sancocho de pronto para comer un poco más en la noche ¿qué notamos al destapar la olla?
Sí! Una buena capa de grasa. ¿Qué hacemos con esa grasa? ¿La botamos? Seguramente así lo hacemos.
¿En dónde botamos esa grasa? Lo estás pensando y creo que no dirías que en lavaplatos. Y sabes ¿por qué no en el lavaplatos?
Porque se tapa y eso sería terrible ¿verdad? Pero si además piensas en ser amigable con el medio ambiente tampoco lo harías por esa razón.
AHORA BIEN
Te has puesto a pensar ¿Por qué me preocupo más por el lavaplatos que por mi o mi familia?
¿No lo crees? ¿Por qué entonces te preocupas porque se tape un tubo ajeno a tu organismo y no piensas en retirar la grasa antes de comértelo o no comer otras cosas con grasa?
¿Has visto qué tan grande puede ser el diámetro del lavaplatos? ¿10-12 cm? ¿Te has puesto a pensar en el diámetro de tus venas y arterias?
El diámetro de nuestras venas y arterias puede ser menor al de una mina de esfero.
Sin embargo, nos estamos preocupando más porque se tape el lavaplatos que nuestro sistema circulatorio.
¿Que podría pasar si se empiezan a tapar nuestras venas y arterias? Si, podríamos llegar a ser parte de las estadísticas de muertes por enfermedades cardiovasculares y obesidad, entre otras.
Por eso es que el lavaplatos es el consentido de la casa, el que mejor se alimenta y el que más cuidas para que no colapse en su funcionamiento.
Y ENTONCES…
Somos lo que comemos, pero también lo que no comemos.
Si comemos alimentos con alto poder nutricional pero no sabemos prepararlos entonces no estamos comiendo lo que debemos.
Lo que no comemos, las vitaminas y nutrientes, no cumplen entonces con su función en nuestro organismo.
Si, por el contrario comemos alimentos fritos, comida con altas cantidades de grasa, comida “chatarra” entonces también se verá reflejado en nuestro organismo.
Lo que comemos define nuestra salud, nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra familia.
Ahora piensa ¿qué estás comiendo?
Recuerda “Somos lo que comemos”.