Contents
NO HACER NADA PUEDE SIGNIFICAR MUCHO
No hacer nada puede significar mucho, a lo largo del tiempo se ha llegado a la conclusión de que dejar la mente deambule sin control es la mejor manera de incentivar nuestra creatividad y hasta la productividad.
Sentarnos en silencio a esperar el paso de las horas, puede convertirse para la mayoría de los seres humanos en un reto para enfrentar.
Hemos vivido nuestras vidas de manera acelerada, frenética y ocupada.
Somos animales de costumbres, dedicados a horas interminables de trabajo, de tráfico, de estudio, de reuniones infinitas, de internet, de redes sociales etc., un largo etc.
En nuestra entrada anterior dijimos que el mundo como lo concebíamos cambió a raíz de la pandemia de Covid-19 y que adaptarnos, reinventarnos y emprender es nuestra tarea.
Pero para algunos esta ha sido una tarea difícil.
Escuchamos a diario a amigos, familiares, conocidos y hasta extraños, decir que han hecho mil cosas.
Por ejemplo, han leído X cantidad de libros, han hecho innumerables rutinas de ejercicio, otros están estudiando virtualmente, dictando conferencias, reinventándose en esto o en aquello, descubriendo habilidades que hasta ahora no sabían que tenían.
En fin, podríamos enumerar cientos de actividades…
¿Y nosotros? ¿Tú? Tal vez por momentos no hemos hecho literal y absolutamente NADA o en el fondo es lo que más deseamos y no nos hemos atrevido .
Nuestras vidas se han detenido en el tiempo, algunos no tenemos ganas de hacer nada.
Y al mismo tiempo la consciencia empieza a pasarnos cuenta de cobro frente a la elegida inactividad y la culpa aparece susurrándonos al oído, aprovecha tu tiempo ¡ya!
Quedarse en casa por la llegada de la pandemia o por cualquier otra circunstancia, nos brinda la posibilidad del tiempo libre.
Pero de repente, nos encontramos incómodos e incluso emanan de nosotros la angustia y la ansiedad.
En el aislamiento estamos percibiendo una realidad con la que convivimos siempre, pero que no habíamos evidenciado.
Y es que existe un verdadero imperativo social, que establece una exigencia de la forma correcta de vivir sin “desperdiciar nuestro tiempo”.
Aunque se generen sentimientos de culpa frente a la inactividad, también en ella podemos encontrar beneficios.
No hacer nada, la tranquilidad y la quietud nos pueden llevar a:
Aceptar el momento que estamos viviendo, aceptar la compañía de quienes están afrontando la situación con nosotros y/o de aquellos que aunque no están nos la ofrecen de manera emocional.
Debemos pensar y asumir que esta situación es una gran oportunidad de aprendizaje, es una lección de humildad y humanidad, que nos permite reconocer y entender en nosotros mismos y en los otros las limitaciones y la fragilidad de los seres humanos.
Te has puesto a pensar que hacer nada nos enfrenta a la ineludible circunstancia de estar con nosotros mismos?
Tal vez nos llenamos de actividades y cosas por hacer para evadirnos, para no conocernos más, para escondernos.
Este momento de aislamiento para muchos ha representado eso, estar con ellos mismos y si no te has dado tiempo de quererte y aceptarte como eres, realmente puede asustar encontrarte.
El aislamiento obligatorio, preventivo o la cuarentena, la pandemia, la vida, el planeta, nos han obligado a bajar nuestro frenético ritmo.
Tenemos que volver a lo esencial, a darle importancia al esparcimiento, al no hacer nada, ni cursos, ni ejercicio, ni llamadas, hacer un detox digital.
A estar simplemente con nosotros mismos.
Redescubrir la importancia de darle descanso a nuestra mente, observar la naturaleza, respirar, escuchar música, meditar, hacer un alto en el camino y estar en el presente .
En el no hacer también se da el espacio para la creatividad y es allí en donde nuevas cosas por hacer pueden surgir, llenas de más sentido para ti y seguramente te harán más feliz al surgir de un momento de calma y consciencia y no desde el afán y la obligación.
A veces hacer nada puede significar mucho en términos de tranquilidad, paz, bienestar, felicidad, para tu mente, tu cuerpo, tu alma.
Así que date la oportunidad de vez en cuando de no hacer y simplemente vivir el momento disfrutando de lo que te hace feliz y te llena.